domingo, 15 de julio de 2012

¿Por qué no?


Había una vez una familia conformada por Hernán, de 16 años, Lucía, melliza del joven, Analí de 18 y Sofía de 13. Elena y Juan eran los padres de estos chicos. Juan no estaba mucho tiempo en su casa con su familia por temas laborales. Elena era ama de casa y pasaba bastante tiempo con sus hijas mujeres, las llevaba a danzas a una academia de baile.

Las chicas iban tres veces por semana, 2 horas. A Hernán lo mandaban a fútbol. Era el mejor jugador de su equipo por eso fue nombrado, capitán.

Un día, Hernán sale de práctica y desvía su camino hacia un galpón que le llamaba la atención, ya que estaba abandonado pero se oían golpes y música. Llega al galpón y abre sus puertas, se llevó una sorpresa al ver hombres bailando un estilo de música particular, danza clásica mesclada con hip-hop. Los chicos lo recibieron con saludos (choques de mano, etc.) pensando que era un bailarín que iba a notarse al “club”.  Hernán les dijo que en verdad se acercó de curioso y que no era bailarín, sino deportista y fue en ese momento cuando Gonzalo, el bailarín más viejo del galpón, habló y le explicó la historia del lugar:

 Gonzalo: .- Este galpón lo usamos para practicar esta danza callejera porque la academia que está a mitad de cuadra no acepta varones.

Hernán: .- Allí van mis hermanas.

Gonzalo: .- Es la mejor academia y el 13 hay una competencia en el cual el grupo ganador se llevará 10.000 $ pero más allá de la plata  queremos demostrar que los chicos también podemos bailar, pero nos falta un integrante.

Hernán: .- ¿Y ustedes quieren que yo compita con mis hermanas? ¿Qué yo baile?

Sí, gritaron todos, pero a Hernán le parecía una locura y a la vez le gustaba el ritmo, los pasos, así que dijo que lo iba a pensar.

Al  otro día, sale de práctica y vuelve con el grupo de baile, su respuesta fue que sí. Los chicos empezaron a enseñarle los pasos, técnicas, todo sobre el baile. Una vez terminada la clase vuelve a su casa, llega justo para la cena, donde era el único momento del día en el que toda la familia se reunía a charlar. Fue entonces que aprovecha para contar lo que iba a hacer, pero recibió risas de todos menos de  Elena.

Juan: .- ¿Sos hombre o mujer? ¿Qué es eso de baile? Te prohíbo hacerlo.

Hernán: .- Pero, a mi me gusta. (Se levanta de la mesa y se encierra en su habitación)

Lucía fue a hablar con él y le dijo que si en verdad le gustaba, ella junto a Elena lo iban a ayudar.

Así que Hernán siguió practicando a escondidas de su padre.

Llegó el gran día de competencia y Hernán estaba muy nervioso. Era su turno, así que salieron al escenario y mostraron un baile tan hermoso que hasta sorprendió a la profesora de la academia que los rechazaba. Mientras bailaba logra ver a su padre en la tribuna observándolo atentamente.

El concurso llega a su fin y los ganadores fueron los del galpón. Lloraba la familia de Hernán incluyendo a su padre, quien entendió que en verdad su hijo amaba bailar. Así que le pidió disculpas y prometió ayudarlo en todo lo que necesitara.

                                                Bárbara Rodríguez- 3ro. “A”

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