La violencia puede ser de diferentes tipos: física o moral; abandono del menor, no dándole el alimento o los cuidados que necesita, o dejarlo en peligro, expuesto a violencia ejercida por terceros y abuso sexual.
Las diferentes formas del maltrato dentro de la familia, conducen a la adicción a las drogas y a la delincuencia juvenil y adulta, pues los jóvenes realizarán cuando sean adultos lo que ha experimentado en los años formativos de la infancia en la relación paterno-filial.
Respecto de la familia, que es la base de la organización social, ha predominado la ilusión de que los padres sólo tienen pensamientos positivos para sus hijos, pero la realidad indica que junto con estos sentimientos cariñosos existen tendencias agresivas y destructivas, que se encuentran como si fueran partes del afecto mismo en diferentes proporciones. Por suerte cuando algún miembro de la familia logra darse cuenta de la gravedad de lo que esta pasando empieza a buscar ayuda, primero suele ser entre amigos y luego recurren a profesionales.
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