Hace no muchos años vivían en el pueblo de Funes, Abril y Federico, dos niños muy amigos. Todas las tardes solían salir a jugar los dos juntitos; cada uno llevaba sus juguetes para compartirlos y resulto ser que Federico jugaba con las muñecas de Abril y a ella le gustaban mucho los autitos de Fede. Con el paso de los años ellos se dieron cuenta de que no debían pasar mucho tiempo juntos, debido a que sus padres no estaban del todo de acuerdo de acuerdo de que los niños jugaran con las niñas.
Con el correr del tiempo ellos se convirtieron en adolescentes, Abril comenzó la escuela comercial y Federico fue a estudiar al Liceo Militar, aunque los dos seguían viviendo en el mismo barrio sus tiempos ya no coincidían por lo tanto se cruzaban muy de vez en cuando y se saludaban con alegría. Aunque ambos por dentro extrañaban sus tardes, juntos, ninguno se animaba a acercarse al otro como en aquellos tiempos.
Para el día del amigo, casualmente tanto Fede con sus amigos y Abril con sus amigas se encontraron en un mismo bar, ambos se reconocieron y se saludaron. Sus amigos preguntaron quienes eran. Ellos contestaron lo mismo:
- un viejo/a amigo/a de la infancia.
Los amigos de ambos querían festejar todos juntos y estaban contentos, mientras que a Abril y a Fede les costaba volver a pasar un día, reunidos. Al día siguiente ambos reflexionaron y al darse cuenta de que haber terminado con su amistad había sido una tontería, quedaron para reunirse otra vez y descubrieron que separarse los niños con las niñas no los haría felices. Aunque tenían muchas diferencias por el simple motivo de ser de distinto sexo y haber tenido distinta educación, sabían que, para la amistad, no importaba ni el sexo ni los juguetes, nada...
Fin...
Melisa Serrano
Brenda Campagna
Mailen Menendes
3º "a"
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