Es raro pero ya no soy la misma que era antes, no desde aquel suceso que cambiaría mi vida.
Apenas tenía 16 años, era una chica como cualquier otra, salía a bailar, fumaba sólo de vez en cuando y estaba muy enamorada de mi novio.
Para ese entonces ya llevábamos dos años juntos, él era importante para mí, con él había descubierto muchas cosas de la vida o eso creía, con el había perdido mi virginidad, lo cual lo hacia especial.
Me acuerdo que todos los Sábados por la noche salíamos a comer algo y después ibamos a su casa, yo siempre me quedaba a dormir con él.
Todo parecía ser siempre perfecto, excepto por el colegio, nunca fui buena en eso. Pero un día como cualquier otro, casualmente cuando me tenía que venir el período. Sucede que no me venía, creí que sería por el estrés, la semana anterior me había ido mal en dos exámenes y no le di mucha importancia.
Una semana después aún no me había indispuesto, fue ahí cuando comencé a asustarme y sospechar que quizás aquella noche en que mi novio y yo estábamos un poco borrachos, él se había olvidado de usar preservativo.
Al día siguiente, no sabía a quien recurrir, tuve que decirle a mi mejor amiga, ella me acompañó hasta la farmacia a comprar un test de embarazo.
Ya un poco nerviosa en el baño de mi casa, estábamos esperando a ver el resultado junto con ella. Media hora más tarde, pude ver que daba "positivo".
Era muy desesperante ¿cómo iba a hacer para contárselo a mi novio?. Reuní todo el coraje que podría tener y una noche de Sábado se lo dije, al principio reaccionó bien, pero tres días después decidió terminar conmigo, lo recuerdo perfectamente, su excusa era que creía que yo lo había engañado, que ese bebé no era de él.
Al mes y medio, mi mamá se enteró y luego de una larga charla, reflexionamos juntas y llegamos a una conclusión: yo no podía tener ese bebé. Mi novio se había escapado a quién sabe dónde, apenas tenía 16 años, tenía muchas cosas por vivir aún. Entonces una enfermera amiga de mi madre se ofreció para hacerme un aborto luego de haberle contado como era lo sucedido. Me esperaba el jueves por la tarde en su casa, yo tenía un poco de miedo, no quería que me duela, pero no me quedaba otra.
Unos días después ahí estaba yo, recostada en una camilla un tanto provisoria, de verdad fue aterrador cuando esta mujer me dijo que me abriera de piernas y aquí viene lo peor, lo que prefiero no contar. El punto es que había llegado ya al final, por suerte todo salió como lo esperaba y pude irme tranquila a mi casa.
Pude olvidarme facilmente de mi ex, el no valía la pena, luego pude volver a disfrutar con mis amigas, salir a bailar, hacer todo lo que creía que iba a tener que dejar de lado.
Eso fue lo que pensaba hasta hace 7 años, ahora que tengo 29 ya tengo una hija de 4 años con otro hombre, mi marido, ella siempre me dice que quiere tener una hermanita, en este momento de verdad me gustaría nunca haber hecho lo que hice.
Aldana Brandoni - 3ro. "B"
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